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SANTA CLARA DE AS脥S

 

Atr谩s

Clara naci贸 en As铆s, Italia, en el a帽o 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso. Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Se帽or. 

Desde sus primeros a帽os Clara se vio dotada de innumerables virtudes aunque su ambiente familiar ped铆a otra cosa de ella.

Ya en ese entonces se o铆a de los Hermanos Menores, seguidores de San Francisco. Clara sent铆a gran compasi贸n y gran amor por ellos. Se sent铆a unida de coraz贸n a ellos y a su visi贸n.

El Domingo de Ramos de 1212 Clara, despu茅s de escuchar los fervorosos sermones de San Francisco, busc贸 refugio en el grupo de los Frailes Menores. Olvid贸 a su novio y abandon贸 la vida de riquezas, honores y comodidades. En el Cielo brillaban las estrellas cuando, de rodillas ante San Francisco de As铆s, hizo clara la promesa de renunciar a la riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a una vida de oraci贸n, pobreza y penitencia. El Santo, como primer paso le cort贸 el cabello y la consagr贸 como novia de Cristo y la acompa帽贸 al convento de monjas m谩s cercano. Desde entonces cada noche el cielo le record贸 sus votos hechos en la peque帽a Porci煤ncula, sin romper nunca su juramento, aunque sus parientes insistieron permanentemente que volviera a vestirse de seda. Clara se qued贸 m谩s de 40 a帽os, pen贸 y or贸 en el peque帽o convento de San Dami谩n por el mundo, primero sola luego como madre espiritual de muchas compa帽eras que no se amedrentaban por la extrema pobreza y mortificaciones. Nunca antes el aislamiento del mundo se hab铆a realizado con tanto rigor como en la nueva orden femenina llamada las Clarisas Pobres. Ellas ped铆an limosna aunque trataban de ganarse el sustento con el trabajo de sus manos.

En 1241 los sarracenos atacaron la ciudad de As铆s. Cuando se acercaban a atacar el convento que est谩 en la falda de la loma, en el exterior de las murallas de As铆s, las monjas se fueron a rezar muy asustadas y Santa Clara que era extraordinariamente devota al Sant铆simo Sacramento, tom贸 en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les enfrent贸 a los atacantes. Ellos experimentaron en ese momento tan terrible oleada de terror que huyeron despavoridos.

Santa Clara estuvo enferma 27 a帽os en el convento de San Damian, soportando todos los sufrimientos de su enfermedad con paciencia heroica. En su lecho bordaba, hac铆a costuras y oraba sin cesar. El Sumo Pont铆fice la visit贸 dos veces y exclam贸 "Ojal谩 yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado como la que tiene esta santa monjita".

En sus largas noches de sufrimientos sol铆a rezar 鈥渆l c谩ntico del sol鈥 entonado por San Francisco, enfermo medio ciego y atormentado por m煤ltiples congojas. A ejemplo de su padre espiritual, ella se refugi贸 en las heridas del Salvador y su alma permaneci贸 tranquila hasta la hora de su muerte.

El 10 de agosto del a帽o 1253, a los 60 a帽os de edad y 41 a帽os de ser religiosa, y dos d铆as despu茅s de que su regla sea aprobada por el Papa, se fue al cielo a recibir su premio. En sus manos, estaba la regla bendita, por la que ella dio su vida.

Los santos nos revelan nuestros caminos torcidos y nos ense帽an como rectificarlos. En la Bas铆lica de Santa Clara encontramos su cuerpo incorrupto.

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