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SANTA MARÍA GORETTI

 

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Cuando en el año 1950 durante la fiesta de San Juan Bautista la noche caía sobre la ciudad de Roma, una inmensa multitud esperaba el discurso del santo Padre Pío XII(doce) en la Plaza de San Pedro y, ante el impresionante silencio de los fieles, el Papa comenzó diciendo: “En esta noche brillante de verano se le acaba de otorgar el honor mas elevado de la Iglesia a una niña sencilla del pueblo con una participación de fieles sin precedentes como nunca se había visto en la historia de la iglesia.” Era la ceremonia de canonización de María Goretti el día 24 de Junio.

María Goretti creció en medio de la pobreza que sobrellavaba alegremente. Su Patria chica era Corinaldo, donde nació. A los 6 años recibió el Sacramento de la Penitencia. A los 7 años murió su padre, Luís Goretti, y su madre se hizo cargo de la casa, del trabajo y el cuidado de los hermanos cayó sobre la pequeña María. Así pasaban los días en la vida de la pequeña, cuidando y alimentando a sus hermanos. Cuando no alcanzaba la comida ella ofrecía su propio plato. El día concluía con el Rosario rezado en común. Un día llegó al lugar a vivir junto con su padre, Alejandro Serenelli, un joven reservado de 19 años. Alejandro acostumbraba a empapelar su cuarto con estampas inmorales de revistas pornográficas. María trataba de evitar en lo posible un encuentro con el muchacho, pero le resultaba una empresa difícil, ya que ella también tenía que ocuparse de la casa y de la ropa de los dos Serenelli, padre e hijo.

Así llego el 5 de Julio fecha de su cruel martirio, su madre y los vecinos trabajaban en el campo. Alejandro se aprovechó de la situación. María como si sospechara de sus intenciones se había sentado a la vista de todos en el último peldaño de la escalera exterior de la casa. Cuando el muchacho a empujones la llevo dentro de la casa se vio forzada a elegir entre la muerte o satisfacer los impuros deseos de su agresor. Como ofreciera una resistencia desesperada cayó al suelo mortalmente herida por 14 puñaladas dadas por Alejandro.

En el Hospital de Nepttuno después de comulgar le dijo al sacerdote: “Sí, (hacer una pausa) yo perdono a Alejandro por amor a Jesús, y quiero que también él vaya al Cielo conmigo”. Durante dos largas horas, los cirujanos obligados a trabajar sin anestesia trataron de salvar la vida de María, sufriendo dolores terribles, torturada por el suplicio de la sed, llamando en su delirio a su querido padre difunto.

El domingo 6 de julio moría, pronunciando antes las siguientes palabras: “La Virgen me espera”.

El Papa Pío XII(doce) dijo “Fue una muchacha valiente y firme. Ella comprendió de qué se trataba y por eso escogió la muerte, pero esa muerte no era sin ningún fin, desemboco en la transfiguración y en la victoria de la Gracia”. Juan Pablo II, el 6 de Julio de 2003 dice de María Goretti: “Marietta, como era llamada familiarmente, recuerda a la juventud del tercer milenio que la autentica felicidad exige valentía y espíritu de sacrificio, rechazo de todo compromiso con el mal, y disponibilidad para pagar con el propio sacrificio incluso con la muerte la fidelidad a Dios y sus Mandamientos. Hoy se exalta con frecuencia el placer, el egoísmo o incluso la inmortalidad, en nombre de falsos ideales de libertad y felicidad. Es necesario reafirmar con claridad que la pureza del Corazón y del Cuerpo debe ser defendida, pues la Castidad “custodia” el Amor Auténtico”.

Que Santa María Goretti ayude a los jóvenes a experimentar la belleza y alegría de la Bienaventuranza Evangélica: “Bienaventurados los limpios de Corazón porque ellos verán a Dios.”

La solemne ceremonia de canonización fue presenciada por dos personas importantes en la vida de María Goretti: adelante en primera fila, la madre de la niña declarada “Santa” y en el fondo escondido y llorando el asesino, ya convertido interiormente después de haber purgado la sentencia impuesta por la ley.

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