Testimonio de Avelino Porto en su programa de televisión “Universidad Crítica” Array Imprimer Array
There are no translations available.

Programa ‘Universidad Crítica’

Buenos Aires, 11 de diciembre del 2003

“Buenas noches. El último fin de semana tuve la oportunidad de estar en la provincia de Salta. Gente común, gente como usted y yo, que me reconocían y me saludaban, gracias a esta magia de la televisión. Me preguntaban quiénes eran estas personas que me acompañan en todos los programas. Estas personitas que están acá son nietos. ( señala una mesita con portarretratos y fotografías). Este año adopté el criterio de estar acompañado por mi familia: hijos, nietos y mi mujer y de todos ellos una nieta - Candelaria- me estaba acompañando exactamente allí en Salta.

Candelaria, una maravillosa criatura, cuando nació tuvo un pequeño problema por una falta de los médicos en un control de su sangre; entonces con sus padres decidimos ir a Salta para visitar a una Virgen, ya que somos creyentes y además porque queríamos conocer qué era esta maravilla de la Virgen, la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús.

Además de llegar hasta la montaña donde estaba en ese momento la Virgen, quiero decirles a ustedes que en esta maravillosa Salta de mi tierra argentina, presencié una ceremonia realmente conmovedora que duró casi 5 horas entre la Adoración, la Misa, la procesión, etc. Vi allí cerca de 10.000 personas durante el día, subiendo y bajando de la montaña, estando sentados haciendo invocación y rezando. Pude presenciar lo que es el Amor nacido de lo más profundo y especialmente el amor y la tranquilidad de las personas enfermas, porque la presencia en ese lugar es básicamente para personas de edad, mayores, sanas, pero muchas también con enfermedades diversas.

Estaban allí adorando y esperando, esperando como esperan toda la vida, confiando en que algunas personas pudieran quizás con un gesto ayudarles a superar ese inconveniente que la naturaleza o que Dios puso sobre ellas. Quiero rescatar el valor de los voluntarios, me impresionaron; la organización, el trabajo, la dedicación, la atención a la gente. Yo que he andado por el mundo y creo que mucho, en muy pocos lugares vi lo que encontré en Salta y quiero darles este homenaje a todos esos voluntarios de corazón que tienen en esa provincia a ese pueblo magnífico que viene de distintos lugares de la república, que se acercan – repito- a esperar una palabra, un gesto, una actitud, de algo que por ahora la Iglesia trata de mantener en cierta reserva porque así debe ser la actitud de la Iglesia cuando trata de comprobar después de algún tiempo si en un lugar determinado se producen algunos fenómenos que permiten sanaciones, mejoras, etc.

La Iglesia seguirá seguramente manteniendo esto con la dignidad que lo ha hecho siempre, que lo hace en Medjugorje por ejemplo en el mundo, pero allí pasa y también en una montaña muy parecida a la de Salta, trata de devolver la fe a mucha gente.

Yo he querido comenzar este programa al cual le dedico lo social, lo político, lo económico, lo intelectual con algo que tiene que ver mucho con el alma, con la creencia y con la fe. Y yo soy un hombre de fe.”

Avelino Porto